Análisis de The Precinct - Una especie de GTA clásico con policías al mando

The Precinct no es simplemente otro clon de Grand Theft Auto, ahora que su sexta entrega tiene fecha de lanzamiento. Es, más bien, una reinterpretación nostálgica del sandbox clásico, que decide girar el timón hacia el cumplimiento de la ley en lugar de romperla. Desarrollado por Fallen Tree Games, este juego independiente ambientado en una ciudad ficticia de los años 80 —la caótica y siempre peligrosa Averno City— se lanza con una propuesta clara: convertirnos en un policía novato que debe abrirse paso en un entorno lleno de crimen, corrupción y persecuciones dignas del cine de acción.

Aunque no es perfecto ni pretende competir en músculo técnico con los grandes del género, The Precinct ofrece una experiencia lo suficientemente única como para destacar por derecho propio. Con un fuerte énfasis en el procedimiento policial, una atmósfera envolvente y un sistema de juego adictivo, el resultado es un título que sabe combinar el sabor clásico con mecánicas modernas.

• The Prencint: precio, fecha de lanzamiento, plataformas y dónde comprar
• Una ciudad ochentera que cobra vida
  • Una historia funcional pero secundaria
  • Una jugabilidad que mezcla simulación y caos emergente
  • Un caos estructurado en tiroteos, persecuciones y momentos imprevisibles
  • Contenido adicional y rejugabilidad
  • Limitaciones técnicas y margen de mejora
• Conclusión de The Precinct

The Prencint: precio, fecha de lanzamiento, plataformas y dónde comprar

The Precinct es un juego de acción desarrollado por Fallen Tree Games y publicado por Kwalee, estando disponible en PlayStation 5, Xbox Series y PC. Se trata de un sandbox con perspectiva isométrica que recuerda a las primeras entregas de GTA, aunque se controla a un policía que debe enfrentarse a una serie de crímenes. Se trata de una propuesta para un solo jugador con textos en español y voces en inglés.

Una ciudad ochentera que cobra vida

Desde el primer momento, The Precinct nos sumerge en una versión retrofuturista de los años 80 que se siente increíblemente auténtica. Averno City está diseñada con mimo: desde las luces de neón reflejadas en calles mojadas, hasta los vehículos inspirados en modelos clásicos como Mustangs o Caprice. Todo evoca una estética cercana a películas como Lethal Weapon, The Blues Brothers o incluso RoboCop.

Pero esta ciudad no es solo decorativa, pues se convierte en un ecosistema que respira, lleno de emergencias constantes, delitos callejeros y escenas absurdamente caóticas. Cada patrulla puede convertirse en una aventura imprevisible y en cuestión de segundos pasas de poner una multa a protagonizar una persecución con tiroteo incluido.

El diseño visual, pese a la cámara isométrica, está lleno de detalles: cabinas telefónicas vandalizadas, letreros de clubes nocturnos o carteles políticos. Esta riqueza ambiental compensa con creces su escala relativamente pequeña —dos islas conectadas por puentes— y potencia el carácter de Averno como una ciudad en permanente estado de emergencia.

Una historia funcional pero secundaria

El agente novato Nick Cordell Jr. protagoniza el juego

El protagonista del juego es Nick Cordell, un joven agente de policía cuya historia personal gira en torno a la misteriosa muerte de su padre, exjefe del cuerpo. La campaña principal, de unas 10 o 12 horas de duración, avanza a medida que recolectamos pruebas, desmantelamos bandas criminales y descubrimos pistas sobre el pasado de Nick.

Aunque la narrativa está llena de clichés —el compañero a punto de retirarse, el jefe gruñón, los criminales caricaturescos—, eso forma parte de su encanto. Más que una trama absorbente, The Precinct opta por una estructura episódica que recuerda a una serie de televisión. Las escenas se presentan con retratos estáticos y diálogos breves para cumplir con su función: dar contexto a nuestras acciones y empujarnos a seguir patrullando.

Donde más brilla la historia es en su integración con la jugabilidad. Los casos no son solo excusas narrativas, sino también motores que desbloquean nuevas mecánicas, zonas y tipos de crímenes. Este vínculo entre historia y juego hace que el progreso se sienta natural y motivador.

Una jugabilidad que mezcla simulación y caos emergente

El juego combina simulación policial con acción de mundo abierto

La mecánica principal de The Precinct gira en torno a patrullas diarias. Antes de cada turno, elegimos cómo desempeñar nuestra labor: a pie, en patrulla vehicular o desde un helicóptero. Durante estas jornadas, interactuamos con la ciudad a través de un sistema contextual que nos permite pedir identificaciones, revisar vehículos, registrar sospechosos y más.

Este enfoque semisimulador añade una capa de profundidad inesperada. El juego premia seguir el procedimiento correctamente: arrestar a alguien sin causa justificada o usar fuerza excesiva reduce las recompensas de experiencia. En cambio, cumplir todos los pasos —identificación, registro, lectura de derechos, traslado a comisaría— otorga puntos que podemos invertir en mejoras.

Estas mejoras incluyen desde aumento de resistencia y capacidad de armas, hasta la posibilidad de pedir refuerzos pesados, como furgones, pinchos o barricadas policiales. De esta manera, el juego establece un bucle de progresión claro y satisfactorio.

Además, The Precinct ofrece opciones de automatización: si prefieres centrarte en la acción, puedes delegar en tu compañero ciertas tareas rutinarias, como completar informes. Es un sistema flexible que se adapta tanto a jugadores metódicos como a quienes buscan más dinamismo.

Un caos estructurado en tiroteos, persecuciones y momentos imprevisibles

Se puede patrullar las calles a pie, en coche patrulla o en helicóptero

Uno de los mayores logros del juego es su capacidad para generar momentos caóticos pero creíbles. La IA de los NPCs responde de forma reactiva a nuestras acciones, lo que puede desembocar en escenas delirantes: una simple multa se convierte en una huida a toda velocidad, que termina en tiroteo, atropellos accidentales y una cadena de eventos digna de una película de acción.

Las persecuciones en vehículos son particularmente destacables. El modelo de conducción está sorprendentemente bien afinado. Los coches, pese a su aspecto caricaturesco, tienen peso, derrapan con realismo y permiten maniobras espectaculares. El juego premia mantenerse cerca del sospechoso, acumulando una barra que permite pedir refuerzos como helicópteros o barricadas.

Por desgracia, los tiroteos no alcanzan el mismo nivel. Aunque el sistema de disparo con doble stick funciona, la puntería inicial es frustrante y las coberturas son básicas. A medida que desbloqueamos mejores armas —rifles, escopetas, tasers— la experiencia mejora, pero nunca alcanza el mismo nivel de pulido que otras mecánicas del juego.

Contenido adicional y rejugabilidad

La ambientación está inspirada en las películas policíacas clásicas de los años 80

Más allá de la historia principal, The Precinct ofrece contenido opcional que prolonga su vida útil: misiones secundarias inspiradas en thrillers como Seven, retos contrarreloj, saltos espectaculares, carreras callejeras, e incluso coleccionables que añaden capas al trasfondo del mundo. Estas actividades se integran bien en el flujo de juego y ayudan a mitigar la repetición que puede surgir tras varias horas de patrullaje.

El sistema de progreso y desbloqueo mantiene el interés, motivando al jugador a subir de nivel, mejorar su equipamiento y desbloquear nuevas zonas o tipos de delitos. Además, el ciclo diario, que alterna turnos de día y noche, aporta variación a la rutina policial.

Uno de los aspectos más interesantes del juego es cómo traduce la burocracia policial en una mecánica jugable sin que se vuelva tediosa. Acciones como identificar a un sospechoso, registrar su coche, detallar los delitos cometidos y finalmente arrestarlo o liberarlo se integran de manera intuitiva dentro del ritmo general del juego.

Lejos de ser una rutina aburrida, este enfoque convierte cada intervención en un pequeño puzle que debe resolverse correctamente para maximizar las recompensas. Además, el hecho de que puedas automatizar parte del proceso o delegarlo en tu compañero permite adaptar la experiencia a distintos tipos de jugadores, desde los más metódicos hasta los que prefieren centrarse en la acción directa.

El juego presenta una estética retro y una ciudad vibrante

También destaca el sistema dinámico de generación de crímenes. Aunque con el tiempo las misiones pueden volverse algo repetitivas, la aleatoriedad de los eventos, las diferentes reacciones de los NPCs y la posibilidad de escalar en intensidad (pasar de una simple multa a un enfrentamiento armado) mantienen las patrullas frescas durante buena parte del juego.

Hay un auténtico placer en salir a la calle sin saber qué te vas a encontrar: un altercado doméstico, un robo en progreso, una carrera ilegal o simplemente un informante que te revela una pista crucial. Esta imprevisibilidad es uno de los pilares que sostiene el atractivo del título incluso cuando su estructura empieza a mostrar signos de desgaste.

Limitaciones técnicas y margen de mejora

Como es habitual en producciones independientes, The Precinct no está exento de problemas técnicos. Es fácil detectar bugs menores como muros invisibles, físicas erráticas o IA aliada poco confiable. A veces, la lógica del juego puede resultar injusta: usar el arma en defensa propia puede ser penalizado si el sistema no detecta bien la amenaza.

Estos problemas, aunque presentes, no arruinan la experiencia general. Sí ponen de relieve que con un mayor nivel de pulido e inteligencia artificial, The Precinct podría escalar un peldaño más hacia la excelencia. Las bases están ahí, y un parche o una futura secuela podrían capitalizar todo su potencial.

Conclusión de The Precinct

The Precinct, una experiencia policial única y nostálgica

The Precinct no pretende reinventar la rueda, pero sí logra girarla en una dirección diferente. Su apuesta por el cumplimiento de la ley, en lugar de la glorificación del crimen, le da una perspectiva refrescante dentro del saturado mundo de los sandbox. Su estética ochentera, el cuidado por el detalle, y su mecánica de patrullas lo convierten en una experiencia absorbente y gratificante.

A pesar de sus limitaciones —una narrativa discreta, combate mejorable y cierta repetición en su tramo final—, el juego sobresale donde importa: es divertido, dinámico y rebosa personalidad. Es una carta de amor a los procedimentales policiales de la vieja escuela, empaquetada en un sandbox lleno de vida, caos y oportunidad.

Para quienes crecieron con los primeros GTA o añoran la época dorada de los Driver, The Precinct es un regalo inesperado hasta si GTA VI retrasa su lanzamiento. Cabe destacar el esfuerzo del juego por no tomarse demasiado en serio, teniendo un tono ligero, casi paródico, que recuerda constantemente su herencia televisiva ochentera.

Este dispositivo ha sido analizado de forma independiente gracias a una cesión por parte de la marca. El artículo contiene enlaces de compra por los que Alfa Beta Juega podría percibir una comisión. Únete al canal de chollos de Alfa Beta Juega para enterarte de las mejores ofertas antes que nadie.